El dueño de Ikea y el dinero
La admirable historia de Ingvar Kamprad; el austero multimillonario fundador de IKEA que creó una enorme imperio de la nada
Fuente del texto: megaricos.com
El dinero suele cambiar a las personas y sus gustos. Los nuevos multimillonarios se reconocen por conducir autos increíbles, vivir en deslumbrantes mansiones, viajar en jets privados y comprar hermosos yates.
Parece una regla tácita que siguen todos los mega ricos. Todos menos Ingvar Kamprad, el más austero entre los hombres más ricos del mundo durante su vida.
Kamprad fue un empresario sueco y fundador de IKEA, la mayor empresa de muebles a nivel mundial. El fundador del gigante minorista falleció hace dos años (27 de enero del 2018) a la edad de 91 años, luego de una breve enfermedad y «rodeado de sus seres queridos», decía el comunicado publicado por la compañía.
Ingvar Kamprad fundó IKEA a la edad de 17 años, primeramente vendió fósforos, peces y tarjetas de Navidad en su bicicleta. El día que murió, este exitoso empresario sueco poseía una de las más grandes fortuna del planeta valorada en $46 mil millones (€41 mil millones), ubicándolo en el puesto Nº14 entre los hombres más ricos del mundo, según Forbes.
Tienda IKEA en Singapur
Sin embargo, este multimillonario sueco llevó una vida muy sencilla, incluso más que el magnate español Amancio Ortega, dueño de Zara, también famoso por su austeridad.
Hasta el 2018, Kamprad condujo el mismo Volvo que había adquirido 20 años atrás, solía alojarse en hoteles baratos, viaja en clase económica y aprovechaba todas las ofertas. Incluso tomaba el transporte público cuando no quiere conducir. Por eso el mundo lo marcó muchas veces como el multimillonario más tacaño del planeta.
Su ritmo de vida no contrastaba con el gran éxito de IKEA, que hoy tiene 433 tiendas en 55 países y emplea a 155.000 trabajadores en todo el mundo. La marca diseña, fabrica y vende hermosos muebles, electrodomésticos y accesorios para el hogar a bajo costo.
La combinación entre excelente calidad y bajos precios es el principal éxito de IKEA, cuyos ingresos se incrementan cada año. En 2018, se reportaron un total de $44,6 mil millones (€38,8 mil millones) en venta de bienes y más de $4 mil millones en ingresos netos.
"Tener dinero no significa tener que derrocharlo", solía decir Ingvar Kamprad, a quien tampoco nunca le interesó llamar la atención ni salir en la prensa.
Pero su modestia no le impidió reinar como el hombre más rico del mundo durante todo un año, cuando en el 2010 Forbes lo ubicó en lo más alto de su ranking de multimillonarios con una fortuna de $23 mil millones. Un año después caería al escaño N° 162 luego de que sus abogados presentaron documentos que probaban que la fundación que él creó con sede en Liechtenstein, así como su familia, serían los beneficiarios de su enorme fortuna.
En junio del 2015 Kamprad apareció como la octava persona más rica del mundo en el Bloomberg Billionaires Index, con un patrimonio estimado de $43,2 mil millones. Sería en el 2016, cuando Forbes le fijó una fortuna de $3,5 mil millones y aparecería en el puesto Nº497.
Comerciante desde pequeño
Ingvar Feodor Kamprad nació el 30 de marzo de 1926 y se crio en la granja de sus abuelos llamada Elmtaryd, en la pequeña provincia de Småland, al sur de Suecia. Los biógrafos de Kamprad aseguran que su vena de comerciante es hereditaria.
En 1987 su abuelo poseía una compañía que mantenía a buena parte de la familia. Pero en un momento de crisis, en que la empresa estaba al borde la quiebra y el abuelo no podía pagar la hipoteca, se suicidó. Pero quien sí pudo salvar la compañía fue su abuela. Ella le enseñó al pequeño Kamprad la forma correcta de asumir las dificultades de la vida.
Kamprad de niño
Las personas que trabajan junto a Kamprad aseguran que es un hombre brillante, prudente y que nunca se equivoca. De hecho, la estrategia de negocios de Kamprad es estudiada por empresarios de todo el mundo.
Kamprad desarrolló su talento como comerciante desde muy pequeño. Compraba lápices al por mayor y luego se los vendía a sus compañeros.
Durante su época de estudiante probó con varios rubros. Vendía pescados y también tarjetas de Navidad. El éxito de IKEA es totalmente empírico, puesto que Kamprad jamás leyó libros sobre negocios ni mucho menos asistió a la universidad.
"Desde muy temprano comencé en los negocios. Mi tía me ayudó a comprar mis primeras 100 cajas de cerillas (o fósforos). Las compré en Estocolmo, en un almacén donde las encontraba más económicas. Entonces vendí las primeras cajas al doble o triple del precio que las compré, y algunas cinco veces más. Todavía recuerdo la agradable sensación al recibir mi primera ganancia. En ese momento ya no era un niño de cinco años", dijo Kamprad en unas declaraciones que recoge el portal Astrum People.
Nace IKEA
Mientras que sus compañeros de escuela se interesaban por el fútbol y salir con las chicas, Kamprad estaba pensando es cómo ampliar su negocio. Y en 1943, cuando apenas tenía 17 años, su padre le dio un dinero como premio por las buenas calificaciones de sus estudios, y el chico lo aprovechó para crear IKEA.
Las primeras dos letras del nombre provienen de sus iniciales (I.K.), y se completan con las primeras letras de Elmtaryd y Agunnaryd, la granja y el pueblo donde creció.
Al inicio el joven Kamprad vendía distintos productos, desde cerillos hasta medias. Pero lo que más se vendían eran lapiceros (plumas).
A inicios de 1940 eran toda una novedad, incluso en Suecia. Entonces ordenó 500 plumas desde París, pidiendo un préstamo de 500 coronas suecas en un banco del distrito. De acuerdo a Kamprad, «ese fue el primer y último préstamo que pediría en su vida.»
Para atraer a los potenciales clientes a la presentación de la tienda, el astuto Kamprad prometió una taza de café y un pastel a todos los que asistieran. La gran sorpresa fue que esa sencilla estrategia convocó a mil personas.
La idea de abrir un restaurante de comida rápida en cada tienda lucía como una gran idea. El tiempo pasó y hoy cada tienda IKEA tiene su propio restaurante.
La idea de vender muebles
El novel empresario notó una característica en la vida en Suecia: el mobiliario de lujo no estaba al alcance de muchas personas debido al alto costo. Así que en 1948 a Kamprad se le ocurre la idea de participar en el comercio de muebles, que con el tiempo se convertiría en la principal fuente de ganancia de IKEA.
"Comencé en la venta de muebles como una casualidad, con el fin de superar a mis competidores, y fue algo que determinó mi destino," dijo Ingvar Kamprad años después.
Pero Ingvar no quería fabricar cualquier tipo de muebles. Estaba decidido a crear estructuras con estilo y de fina tapicería. En 1951, IKEA comenzó a repartir folletos entre sus clientes que se llamaban "IKEA News".
Con el tiempo se convertirían en los modernos catálogos de IKEA. Su negocio se dirigía a clientes de ingreso medio y bajo así que ordenó la construcción de muebles baratos en las fábricas locales. De allí nació su célebre frase:
"Es mejor vender 600 sillas a un precio más bajo, que 60 sillas a un precio alto".
A inicio de los años 50 se compró una pequeña y vieja fábrica en Suecia, que le permitió incrementar en gran manera la venta de muebles para sus tiendas y en consecuencia venderlos más baratos. Cada vez con mayor frecuencia IKEA se convertía en el favorito de la gente y la competencia sintió el golpe. Entonces la Federación Sueca de Madera y las industrias de muebles estaban tan indignados con los precios de IKEA, que decidieron boicotear a Kamprad al no venderle la materia prima.
Esto hubiese podido significar la ruina para cualquier hombre de negocios, pero no para Kamprad. Como resultado de aquel bloqueo que le impusieron, el empresario tuvo que hacer un movimiento muy inusual para la empresa sueca en esa época: «comenzó a adquirir los componentes de muebles en Polonia, a un precio más barato.»
En 1953, presentó la primera exposición de muebles IKEA. Fue en Älmhult, Suecia. Los clientes podían tocar y mirar los muebles antes de comprarlos. Y cinco años más tarde abrió un nuevo almacén de 6.700 m2.
Por cierto que inicialmente los colores típicos de IKEA eran rojo y blanco. Hoy en día IKEA está pintado de amarillo y azul, como los colores nacionales de Suecia.
Hoy en día, IKEA es responsable de aproximadamente el 1% del consumo mundial de madera de productos comerciales, por lo que es uno de los mayores usuarios de madera en el sector minorista.
El primer almacén de IKEA
Kamprad ya era un poderoso empresario cuyos métodos de comercio eran percibidos por la competencia en su país con desprecio y resentimiento.
A principios de los años 60, Ingvar Kamprad viajó a Estados Unidos y vio cómo funcionaba el sistema del Cash & Carry. Le gustó esa forma de comercio donde los clientes pagaban en efectivo y ellos mismos se llevaban la mercancía a casa.
En 1965 abrió una tienda mucho más grande, de 31.000 m2: IKEA Kungens Kurva. Se implementó el sistema usado en EE.UU., pero de forma más creativa.
En primer lugar, la tienda se abrió en una urbanización. En segundo lugar, para reducir los costos de transporte la empresa ordenó muebles listos para montar, donde las cajas tenían una forma aplanada y los clientes tenían que armar sus propios muebles.
Kamprad había notado que a las personas les gusta ensamblar ellos mismos sus muebles, sobre todo si se trataba de un montaje sencillo con instrucciones detalladas.
Después Kamprad implementaría otro exitoso sistema que traería beneficios durante muchos años: el almacén de autoservicio. Ahora cada tienda IKEA se convertiría en una especie de «sala de exposición», donde no solo se exhiben sofás y armarios, sino también cualquier artefacto de la vida cotidiana como manteles, cortinas, toallas, candelabros, etc. De este modo, el visitante puede ver cómo lucen las habitaciones de niños en una larga fila, luego los comedores o salas de estar, y así sucesivamente. Después de imaginar cómo se verían esos muebles en el interior de sus hogares, los cliente podrían regresar a por ellos en el almacén.
El éxito de IKEA en casa era un hecho. Así que el próximo paso era probar suerte fuera de las fronteras.
En 1963 abre su primera tienda en Oslo, capital que Noruega. Y algunos años después cuando Kamprad caminaba por las calles de Zurich, escuchó a una pareja comentar de manera casual: "Qué silla tan hermosa", dijo la chica viendo la vitrina. Y su marido respondió: "Sí, pero todavía es demasiado cara para nosotros. La compramos el año que viene".
Eso fue suficiente para que en 1973 IKEA abriera sus puertas en Suiza. Luego Australia, Holanda, Francia, Estados Unidos. Hasta la súper cadena global en qué se ha convertido hoy.
Tienda IKEA en Japón
En 1986 Kamprad se retiró de la Dirección General del Grupo y se convirtió en asesor de INGKA Holding B.V., la empresa matriz que controla IKEA.
En el 2000, IKEA notó lo importante que era el Internet para el crecimiento de la empresa y los primeros clientes que tuvieron la oportunidad de hacer sus compras online fueron en Suecia y Dinamarca. Desde entonces, muchas tiendas IKEA en todo el mundo reciben sus pedidos por Internet y a través de su App.
Los usuarios disfrutan de una gran experiencia de compra al poder crear desde su computadora o dispositivo móvil la sala o habitación de sus sueños, con los modelos del color que desean, y hacen el pedido de forma online.
Vida privada
Ingvar Kamprad se casó dos veces. Su primera esposa fue Kerstin Wadling con quien tuvo una hija, Annika Kihlbom. Pero fue su segunda esposa, Margaretha Kamprad-Stennert quien le ayudó a cumplir su sueño de IKEA.
Margaretha murió en el 2011 a la edad de 71 años a causa de una enfermedad no revelada. Con ella tuvo tres hijos: Peter, Jonas y Mathias.
Sin embargo, la vida de este gran empresario no está exenta de manchas, como la de cualquier persona. En 1994 se descubrió que en su juventud Kamprad estuvo involucrado en movimiento pro Nazi, motivado principalmente por su abuela quien se consideraba "una gran admiradora de Hitler".
Luego Kamprad describiría ese momento como "el mayor error de su vida" e incluso le escribió una carta a sus empleados judíos pidiéndoles perdón. También reconoció que durante alguna etapa sufrió de alcoholismo.
Ingvar Kamprad fue un ferviente de la filantropía. Creó y presidió la fundación Stichting INGKA, la segunda institución de caridad más rica del mundo detrás de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Frases de Ingvar Kamprad
A Kamprad se le conoció como un hombre de buenas frases. Citas muy sencillas y prácticas, que usan cómo modelo los empresarios del mundo y algunos emprendedores hoy día. Y también sirven de inspiración para los ricos austeros, quienes prefieren conservar un estilo de vida sencillo y sin ostentaciones.
Estas son algunas de sus frases más famosas:
- «No es solo por razones de costo que evitamos los hoteles de lujo. No necesitamos coches llamativos, títulos impresionantes, uniformes u otros símbolos de estatus...Confiamos en nuestra fuerza y nuestra voluntad»
- «Mejor ser un poco tacaño que tirar el dinero por la ventana»
- «Podría viajar regularmente en primera clase, pero tener mucho dinero no parece un buen motivo para despilfarrarlo ¿Por qué elegir la primera clase? ¿Para que la azafata me regale una copa de champán? Si me ayudara a llegar más rápido a mi destino, entonces tal vez»
- «La mayoría de las cosas están por hacer»
- «Solo aquellos que están dormidos no cometen errores»
- «El tiempo es tu recurso más importante»
- «La planificación en exceso es la principal causa de 'muerte corporativa'»
- «El sentimiento de haber acabado algo es un somnífero muy potente... Una empresa que siente que ha alcanzado sus objetivos se estanca rápidamente y pierde su vitalidad»
- «Si es bueno para nuestros clientes, lo será también para nosotros en el largo plazo»
- «Nosotros ponemos en las mejores posiciones de directivos a las mujeres, ya que las mujeres deciden todo en la casa»
- «Lo principal en la dirección, es el amor. Si usted no se gana la simpatía de las personas, no podrá venderles nada»
- «Todavía tengo la costumbre de preguntar siempre al hacer una compra, si no puedo recibir la mercancía por un precio más barato. Incluso en el supermercado»
- «Compra barato y vende mucho más barato que tus competidores»
- «No hagas acuerdos verbales, no confíes en un apretón de manos sino asegúrate de que todo sea escrito. De un apretón de manos ningún abogado en el mundo puede ayudarte a salir»
- "Temprano aprendí la regla que un 1% de disminución en las ventas hace un 10% en la reducción de ganancias"
En Suecia hay un dicho famoso que dice: «que el presidente Per-Albin Hansson fue el encargado de construir el hogar del pueblo, pero Ingvar Kamprad fue quien lo amobló.»
Con información del: Business Insider / Astrum People / Celebrity Net Worth.