EL MURO QUE DIVIDIÓ EUROPA
EL MURO QUE DIVIDIÓ EUROPA
Juan A. Flores Romero
El 9 de noviembre de 1989 cayó el muro de Berlín. Había dividido Alemania desde agosto de 1961 y se había constituido en todo un símbolo de un mundo estructurado en dos bloques: el capitalista y el socialista. En aquellos días de noviembre asistimos a la evidencia del fracaso de un sistema que había sumido a media Europa en un escenario totalitario, en un espacio vigilado por los guardianes de una ideología que se había constituido como oposición a un mundo materialista dominado por el capital. En noviembre de 1989 un mundo se desmoronó. Los aires de libertad entraban en aquella Europa aún plagada de agentes de la Stasi, la KGB, la CIA y otras agencias de información que pugnaban por conseguir pistas para protegerse de un enemigo con el que no había nada que negociar. Pero en las postrimerías de los ochenta otro escenario se abre: el de un mundo dominado por el capital, por la democracia liberal, por una libertad que iba a costar una larga década de cruentas guerras que iban a desolar una parte de Europa -especialmente los Balcanes- ante la pasividad de instituciones y ciudadanos que ya soñaban con una Europa unida. Al menos, nuevos aires culturales fueron circulando de un lado a otro de Europa: de Pink Floyd a Milan Kundera. La música, la poesía y las artes volvieron a fluir a ambos lados de la sombra del Telón de Acero.