EnREDados.com

16.06.2019


   Juan A. Flores Romero

   Vivimos en una época extraña. Tal vez todas lo fueron, pero hoy da la sensación que algo se mueve detrás de aquello que nos muestran en los medios. Ignoro si es políticamente correcto, pero estoy convencido que los noticiarios no son sino escaparates opacos que nos presentan una realidad que apenas podemos intuir y de la que se nos escapan muchos detalles. La verdad de los que mueven el mundo está en otro plano. Tal vez esos seres no tengan la tez verdosa ni sean entes de naturaleza sobrehumana. No, podrían ser nuestros vecinos... en caso de que podamos permitirnos vivir en un barrio residencial de clase alta o al lado de un friki con chanclas pero con muchos ceros en su cuenta corriente. Muchos apenas no utilizan otra cosa que no sea el ordenador, o la tablet o incluso el móvil para trabajar. Su patrimonio se expresa en un rosario de dígitos que producen vértigo, sus logros en inversiones rentables, en muchos de los casos basados en información financiera privilegiada. Porque nada es lo que parece. Los ahorros de aquellos trabajadores que sueñen con jugar con su dinero para que no se apolillen en el banco no son sino calderilla para estos monstruos de las finanzas. Son estas las que mueven el mundo. Los mercados para conseguir beneficios son infinitos. Es una expresión, claro está, para expresar que cada vez existen más modos de apropiarse de la riqueza del mundo con relativa facilidad. Y cuando uno gana, otro pierde. Estos nuevos negocios trafican, en muchos casos, con datos que pertenecen a nuestra intimidad pero que, en un momento dado, hemos decidido sacarlos de nuestras mentes y de nuestros hogares para colocarlos en un universo del que apenas tenemos control y que llamamos red. Internet nos ofrece seguridad, claves, contraseñas, antivirus,... Todo el mundo depende hoy de la informática, casi todos tenemos fe ciega en ella.

   ¿Qué ocurriría si hubiese un fallo "multiorgánico" generalizado? Es mejor no pensarlo. Los grandes estados llenan sus arsenales de armas sofisticadas, que se mueven gracias a un sistema informático. Basta con decodificarlo para controlarlo en beneficio propio. Lo mismo pasa con la información que ponemos en la redes o el dinero que guardamos en nuestras cuentas corrientes.

   Internet también ha llegado al mundo de la política. Ya hay modos de hacer perfiles ciudadanos para mostrar datos sobre nuestra ideología, nuestros gustos, nuestros intereses o simplemente nuestra bebida favorita. Nos exponemos diariamente a las redes para que nuestros amigos y conocidos sepan de nosotros o nos tengan presentes. Hay mucho miedo a no estar en esa maraña digital en la que todos vivimos. También ansían nuestra información empresas que venden datos a terceros, a los que les interesa conocer nuestros gustos. Hace unos días saltaban las alarmas. Nos están haciendo perfiles ideológicos que pueden venderse a partidos políticos para que estos, a su vez, nos demuestren que necesitan nuestro voto, por supuesto, convenciéndonos de que nuestra mentalidad es compatible con sus propuestas. Dame tu perfil y te diré a quién votar.

   El miedo del hombre a los conflictos bélicos va disipándose en las sociedades desarrolladas. La alta tecnología toma fuerza entre los estados más potentes y el objetivo de estos es controlarla. Ya no es suficiente con sembrar de guerras el mundo para controlarlo. Hay potencias que lo hacen silenciosamente, como China. ¿Y a quién interesa derribar el poder chino? Muchas inversiones occidentales ya están en estos mercados asiáticos. El poder de las finanzas ha vencido al poder de las armas. Vivimos una transición, a la que aún quedan décadas, del poder militar al poder económico. Los grandes mercados no entienden de fronteras, entienden de acciones, participaciones, inversiones millonarias. Tal vez los mismos que fabrican armas para el ejército de los Estados Unidos, tienen inversiones millonarias en el mercado chino.

   ¿Hacia dónde nos encaminamos? Pocos lo saben. Algunos lo intuyen. Pero el viejo mundo basado en el imperialismo militar se ha transformando en un espacio que se transforma a un golpe de tecla de ordenador. Él nos dirá a quién dar nuestra confianza para que dirija nuestros intereses y deseos.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar