Ida Vitale, el esencialismo de la otra orilla
Juan A. Flores Romero
Con motivo del "Día del Libro", os voy a presentar a Ida Vitale. Este año ha sido galardonada con el Premio Cervantes como culmen de una de las trayectorias más relevantes de la generación del 45 -junto con Juan Carlos Onetti o Carlos Maggi- y de la poesía esencialista americana. Esta uruguaya, nacida en 1923, en pleno periodo de entreguerras, logró plasmar en sus poemas el simbolismo heredado del siglo XIX-XX y una forma de hacer poesía basada en lo conceptual. Uno de los rasgos principales de su obra es su magistral habilidad para jugar con el lenguaje, algo que ha sabido distinguir el tribunal que le ha otorgado el merecido galardón que recibirá en estos días. Otras distinciones relevantes han sido el Premio Octavio Paz (2009), el Premio Reina Sofía (2015) o el Premio Federico García Lorca (2016).
"Están aquí y allá: de paso,
en ningún lado.
Cada horizonte: donde un ascua atrae.
Podrían ir hacia cualquier fisura.
No hay brújula ni voces.
Cruzan desiertos que el bravo sol
o que la helada queman
y campos infinitos sin el límite
que los vuelve reales,
que los haría de solidez y pasto.
La mirada se acuesta como un perro,
sin siquiera el recurso de mover una cola.
La mirada se acuesta o retrocede,
se pulveriza por el aire
si nadie la devuelve.
No regresa a la sangre ni alcanza
a quien debiera.
Se disuelve, tan solo".
(EXILIOS).