Manhattan, por un puñado de dólares
Juan A. Flores Romero
¿Sabías que Manhattan, el verdadero origen de la ciudad de Nueva York, fue comprada a las tribus de iroqueses por un puñado de dólares? Sí, exactamente fueron 24 dólares los que debieron soltar aquellos colonos holandeses en 1626 en plena fiebre del comercio transoceánico. La Compañía Holandesa de las Indias Occidentales a través de su gobernador, Peter Minuit, la compró a las tribus locales por esa ridícula cantidad. Ya desde el siglo XVI había sido explorada por franceses y posteriormente por ingleses. Todos iban buscando un puerto por el que comerciar con puntos estratégicos del Atlántico en un siglo en el que las colonias de Ultramar proveían de artículos a los mercados europeos y sus colonias (té, café, tabaco, pieles,...) . Concretamente, el mercado de las pieles era floreciente en Norteamérica y muchas potencias ansiaban el lugar como punto neurálgico. Así surgió Nueva Amsterdam, la que posteriormente con la ocupación británica pasó a llamarse Nueva York. La isla de Manhattan era lo único que existía de "la ciudad que nunca duerme" hasta finales del siglo XIX.
¿Quién iba a decir a Giovanni da Verrazzano, marino italiano a las órdenes de los franceses, que en 1524 avistó este territorio, o a Hudson, británico al servicio del comercio holandés, que llegó a Manhattan en 1609 y que dio nombre al río que surca la ciudad en busca del Atlántico, que ese pedazo de tierra sería un día el epicentro del mundo. Algún día lejano acabaré una novela que nos habla de ese interesante comercio triangular en el Atlántico del siglo XVII y sus repercusiones en Europa y en la creciente autonomía de las colonias.
Volviendo al tema, desde entonces la ciudad ha tenido muchos nombres: Fort Nassau (1614), Nueva Amsterdam (1626) y, ya con los británicos, Nueva York (1674). Interesante este siglo XVII del colonialismo y del desarrollo de las compañías de Indias. En algún otro post ya te contaré algo más sobre el origen, la finalidad y el prestigio que alcanzaron estas compañías que actuaban con poderes muy similares a los de los estados modernos.
En el turbulento siglo XVIII, hasta los franceses pugnaron por el enclave de Manhattan si bien continuó en manos británicas hasta que en la Guerra de la Independencia logró su emancipación en el marco de las trece colonias de la que llegó a ser capital por un año.
Una historia plagada de ocupaciones, luchas e intereses comerciales que partió aquel día en que los holandeses decidieron timar a los indígenas por la mísera suma de... ¡¡24 dólares !!