Marta Borrell, un ejemplo de solidaridad

27.04.2021

La joven española que propone soluciones a las carencias educativas en África

DE MARRUECOS A LA ONU

El documental 'Una luz en la oscuridad' reflexiona sobre la precariedad y los abusos en las escuelas de los países pobres a través de la experiencia de una adolescente


Autora del texto: ASTRID MESEGUER

Hace casi cuatro años, Marta Borrell, una joven estudiante de Sevilla de tercero de la ESO, realizó un viaje de fin de curso con sus compañeros de clase a Marruecos. Allí vio de cerca la precariedad y la falta de recursos en las escuelas, algo que la marcó profundamente. "Marruecos está muy cerca de España y un niño allí no tiene las mismas oportunidades que yo. Te das cuenta de que hay cosas que deben cambiar", reflexiona esta adolescente que protagoniza Una luz en la oscuridad, un documental que aborda las necesidades y carencias educativas de las escuelas africanas y que aterriza en los cines coincidiendo con el Día Internacional de la Educación.

La cinta está dirigida por su propio padre, Josep María Borrell, que lleva quince años rodando producciones con organizaciones como el Banco mundial y Unicef, "proyectos que tocaras lo que tocaras siempre iban a parar al tema de la educación", asegura a La Vanguardia. "Marta vino con la mochila llena de preguntas. Sentarse en el pupitre de una escuela de Marruecos fue un shock".

Para poder conocer de forma más profunda por qué en un mundo tan globalizado existen niveles tan bajos de escolarización, la familia puso rumbo a Mozambique durante las vacaciones de verano de 2017 con el objetivo de que Marta sirviera de guía con su voz y hablara directamente con la gente del lugar, sobre todo con esos alumnos y alumnas que abandonan de forma prematura la escuela para averiguar sus razones. "Queríamos centrarnos en lo que pasaba en una clase, qué pensaban los alumnos, los problemas que tenían", explica Borrell. El documental pone de manifiesto que en el mundo hay 262 millones de niños sin escolarizar, lo que supone que tan solo un 30% del total de menores tiene acceso a una educación de calidad.

Acompañada de Berta, una amiga que vivía en Namibia, Marta recorre las aulas destartaladas de la pequeña isla de Ibo y descubre con cara de asombro cómo los profesores prácticamente chillan al dar un temario que repiten como si fueran loros ante los rostros desencajados de los alumnos.

"La gran diferencia que vi es que en la mayoría de colegios no se explicaban los contenidos adaptados a las realidades de los alumnos", comenta la joven, que asiste incrédula a unas clases de electrónica a alumnos que jamás han visto una bombilla. "Se me vino todo abajo. No podía creer que un profesor que trabaja por vocación simplemente llegue a la clase sin explicar claramente el contenido de la asignatura. Los niños saben que la escuela es importante pero no saben por qué lo es y acaban desconectando".

La gran diferencia que vi es que en la mayoría de colegios no se explicaban los contenidos adaptados a las realidades de los alumnos

A la falta de formación de los maestros o la 'enseñanza' de contenidos que no sirven de nada en el día a día de sus vidas, se añade otro problema aún más grave, como es el hecho de que muchas alumnas sufren abusos sexuales por parte de los profesores. Si no acceden a acostarse con ellos, repiten curso una y otra vez. "Esa situación está allí muy generalizada y normalizada. Las chicas sabían que sus hijos acabarían repitiendo los mismos abusos con el tiempo. A ellas les cuesta mucho ver la luz. Tanto Berta como yo acabábamos las entrevistas destrozadas. Cómo no inculques la importancia de la mujer en la sociedad desde muy pequeño, nada va a cambiar", sostiene Marta.

A la falta de formación de los maestros o el temario que no sirve para nada se añade un problema aún más grave: los abusos sexuales

Para obtener respuestas a las preguntas que se planteaba la joven, desde un principio, "evitamos a los políticos, porque ya sabía lo que nos dirían", dice el director, que destaca la relevancia de la educación en el entorno familiar y que en todos los años que lleva trabajando en el continente africano, "no tengo ningún solo plano de un padre jugando con su hijo, y eso es algo que explica muchas cosas".

El documental cuenta con aportaciones de expertos como Federico Mayor, exdirector general de la UNESCO; Ndaba Mandela, presidente de Africa Rising Foundation; Jaime Saavedra, director del departamento de Educación del Banco Mundial, y Luis Álvarez, presidente de la Fundación Ibo, cuyo objetivo es crear desarrollo sostenible en esa isla de Mozambique ayudando a los autóctonos a coger las riendas de su destino a través de escuelas de oficios. Todos ellos resaltan la importancia de la educación como herramienta indispensable para el desarrollo de las personas y los países. Como dijo Nelson Mandela: "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo".

Toda la experiencia que adquirió la adolescente sobre el terreno, además de las entrevistas, le sirvieron para elaborar una serie de conclusiones sobre qué constituye una educación de calidad y cómo se puede mejorar el sistema educativo en países pobres, que logró exponer el año pasado en un foro el Día Internacional de la Educación en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (Estados Unidos). "Yo era la única niña y sentí una presión enorme. Llevaba preparado un discurso más largo por si tenia más tiempo, pero al final tenía muy claro lo que quería decir y salió bien", recuerda emocionada.

Marta Borrell expuso en 2020 en la sede de Naciones Unidas sus conclusiones para atajar el problema de la educación en países subdesarrollados

Y añade: "Con el documental pretendemos dar una visión optimista. Sé que es muy difícil, porque como ciudadanos de un país desarrollado y europeo tendemos a decir lo que está mal, pero cuando fuimos a la ONU en vez de comentar los problemas que habíamos visto, intentamos dar soluciones y los puntos por los que se debería empezar a cambiar todo esto". Y el más básico pasa "por controlar e invertir el dinero que llega de la ayuda internacional".

Marta cumplió los 17 el pasado octubre y cursa ahora segundo de Bachillerato. Dice que ha visto varias veces el documental porque su padre lo editaba en casa y que "siempre que lo veo aprendo algo nuevo, te fijas en algo que ayuda a reflexionar". Su objetivo es que el mensaje cale en los adultos, "los que tienen el poder y sobre todo en los niños, que tienen que entender el mundo en el que viven y que serán los que tomen las riendas en unos años".

Sobre su futuro profesional, afirma que después de hacer el documental quiere dedicarse a temas más sociales. Baraja seriamente cursar Relaciones Internacionales porque "lo de ser profesora lo veo muy difícil". Está claro que con su ímpetu llegará lejos, haga lo que haga.

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