poesía


POEMA 59. EN LAS ORILLAS DEL SAR.    ROSALÍA DE CASTRO.

Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
de mí murmuran y exclaman:-Ahí va la loca soñando
con la eterna primavera de la vida y de los campos,
y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado.
-Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
con la eterna primavera de la vida que se apaga
y la perenne frescura de los campos y las almas,
aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos?


LOCALIZACIÓN
El "Poema 59″ está escrito por Rosalía de Castro, que nació el 24 de febrero de 1837 en Santiago de Compostela y murió el 15 de julio de 1885 en Padrón. Escribía en prosa y poesía, tanto en lengua castellana como en gallega. Este poema corresponde al libro En las orillas del Sar. Uno de los temas de sus obras era la preocupación por las condiciones de los pescadores y campesinos gallegos, hecho que denota una preocupación importante por la situación de sus paisanos. Su salud fue siempre muy delicada; murió de cáncer.
El tema:
La resistencia al paso del tiempo y el deseo de la eterna juventud.
Métrica
Este poema consta de una estrofa que está compuesta de catorce versos hexadecasílabos. La rima de los versos es asonante y consonante; Los ocho primeros riman en asonante (-a,-o) y los restantes en -a,-a
Contenido o estructura interna
Hay dos partes perfectamente diferenciadas. Mediante el diálogo se dramatiza el conflicto interior del yo. En los primeros siete versos del "Poema 59″ el yo poético escucha los reproches que la naturaleza le dirige por su pretensión de una juventud eterna y en los siguientes siete versos es la respuesta rebelde contra el paso del tiempo, el ansia de eternidad, con la que responde a la naturaleza.
Recursos literarios
Metáfora: eterna primavera de la vida (5 y 10).
Paralelismos: aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan (12), hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha
Personificación: de mi murmuran y exclaman (4).
Interrogación retórica: ¿Cómo admiraros ni cómo vivir sin ellos? ( 14).
Polisíndeton: ni las fuentes, ni los pájaros,/ ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los pájaros (1,2)
Epanadiplosis. sin ellos, ¿cómo admiraros, ni cómo vivir sin ellos?
repetición: la eterna primavera de la vida.


La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno

y un huracán de negras palomas

que chapotean las aguas podridas

La aurora de Nueva York gime

por las inmensas escaleras

buscando entre las aristas

nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca

porque allí no hay mañana ni esperanza posible.

A veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprueban con sus huesos

que no habrá paraíso ni amores deshojados;

saben que van al cieno de números y leyes,

a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos

en impúdico reto de ciencia sin raíces.

por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.

Federico García Lorca, Poeta en Nueva York.

Análisis del poema

Métrica

Se distingue tres grupos métricos en Poeta en Nueva York: poemas con métrica tradicional, con compromiso entre métrica tradicional y verso libre y finalmente poemas en verso libre. La aurora con su métrica libre pertenece al último grupo. En los primeros versos no se puede encontrar ninguna regularidad. Pero los doce versos que suceden a los ochos primeros son todos de catorce sílabas.

Estos dos últimos poemas [La aurora y Nacimiento de Cristo] tienen en común su carácter de cuadro, de visión estática de unos hechos. Y de hecho, a pesar de sus imágenes muy dinámicas, La aurora es un poema como un cuadro de un paisaje urbano en el momento del amanecer que provoca en el lector alusiones fuertemente visuales. El texto no está dividido en estrofas. La intención del autor era dar una descripción de la ciudad y sus habitantes con un golpe de vista, sin cesuras formales. Se puede hablar de una gran regularidad métrica en el poema, por lo menos a partir del verso nueve.

Estructura del contenido y análisis formal

El poema se puede dividir en tres parte principales: En los versos 1-8 se da una descripción del amanecer en Nueva York. Pero la imagen que pinta no es realista sino llena de símbolos y metáforas. La segunda parte, vv. 9-16, nos habla de los habitantes de la ciudad. La aurora llega pero nadie se da cuenta en el mundo urbano caótico. Hay niños que son devorados por enjambres de monedas y gente desilusionada sabiendo que viven en un mundo lejos del paraíso, un mundo donde no hay amor ni esperanza. La última parte, vv. 16-20, es como una conclusión. Se habla otra vez de la luz de la aurora que no se puede oponer a las cadenas y ruidos de la ciudad. Por el otro lado hay gente que parecen náufragos vacilando por los barrios.

El poema comienza con dos cuartetos de una estructura parecida. Veamos el primero:

La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno

y un huracán de negras palomas

que chapotean las aguas podridas.

(vv. 1-4)

Se trata de una descripción surrealista de la aurora en Nueva York. En la ciudad, el momento del amanecer que normalmente significa el inicio de un nuevo día no es hermoso ni romántico. La aurora tiene cuatro columnas, un imagen que alude a la arquitectura vertical de la ciudad con sus chimeneas y rascacielos. Nueva York es una ciudad rodeada por agua pero en la Nueva York de Lorca las aguas son podridas y lodosas. Aquí se puede observar un simbolismo negativo del agua muy fuerte.

Es que la suciedad física sube en chorros hasta el cielo por los cuatro puntos cardinales, apenas llega el amanecer. Siendo habitualmente símbolo de la vida, en este contexto se convierte en el contrario, en símbolo de la muerte. Pero no solo el agua sino también las palomas, normalmente representantes de la naturaleza, de la paz y de la inocencia, tienen valor negativo. Son negras y chapotean las aguas sucias, parecidas a ratas,

mensajeros de la muerte con intenciones hostiles. Además aparecen como catástrofe natural, como huracán con potencia destructiva.

La luz de la aurora ni siquiera puede llegar a la ciudad porque está bloqueada por las columnas de cieno y un huracán de palomas negras. Se puede decir que el lector después de la lectura de los primeros cuatro versos ya sabe que se trata de un poema que le instala en un mundo urbano problemático e inquietante. Pero Lorca sigue con la descripción de la metrópoli desde su punto de vista:

La aurora de Nueva York gime

por las inmensas escaleras

buscando entre las aristas

nardos de angustia dibujada.

(vv. 5-8)

La anáfora en el quinto verso significa que se sigue con la descripción. La aurora personificada tiene que subir las escaleras pero no lo hace con facilidad cumpliendo la ley natural. Tiene que esforzarse en este ambiente tan poco natural. Busca nardos entre las aristas - otra vez referencia a la arquitectura de la ciudad. Las flores son símbolo de la naturaleza. El texto no da respuesta si la aurora las encuentra pero el lector puede imaginárselo: En este mundo no existen flores, la búsqueda tiene que ser infructuosa.

En los siguientes versos se puede observar un cambio de tema. El autor deja de describir la aurora y empieza a hablar de la gente de la ciudad.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca

porque allí na hay mañana nu esperanza posible:

(vv. 9-10)

Y en el siguiente verso queda muy claro por qué: Con toda claridad y sin símbolos ni metáforas se dice que para la gente en aquel lugar no hay futuro ni esperanza.

A veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños.

(vv. 11-12)

Aquí aparece el dinero en forma metálica y animalizado como plaga bíblica. Destruyen la inocencia de los niños que en Nueva York están igual de desesperados que los demás. Hay que destacar los dos verbos taladrar y devorar. Se trata de un acto fuertemente violento, de una catástrofe natural igual que la apariencia de las palomas negras más arriba. Las monedas son insectos metálicos que taladran como máquinas a las criaturas más desprotegidas de la ciudad. El dinero como la fuerza más poderosa en este mundo ha sustituido al amor, incluso al amor paternal.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraíso ni amores deshojados:

saben que van al cieno de números y leyes,

a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

(vv. 12-16)

La gente no se hace ilusiones: Ya han entendido que lo que les espera no es el paraíso sino que tendrán que trabajar como esclavos en el caos de números y leyes. Otra vez aparece la imagen del cieno donde uno no se puede mover libremente ni respirar. El juego ya no tiene su función auténtica, es una acción sin naturaleza. Además el trabajo es inútil, no tiene meta. Otra vez se nota la ausencia de naturaleza. La naturaleza y la infancia representan el paraíso. Ambas cosas en el mundo urbano de Nueva York no existen. La infancia está destruida por la desesperanza de los niños y los juegos pervertidos. La naturaleza no tiene razón de ser, el agua está contaminada, los insectos son criaturas crueles y los frutos no pueden existir en este ambiente. Todo lo humano y natural ha sido sustituido por números y leyes. La Nueva York lorquina es un infierno donde no hay amor ni otros sentimientos humanos.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos

en impúdico reto de ciencia sin raíces.

(vv. 17-18)

Pero no sólo la gente son esclavizados. La misma luz de la aurora está encadenada y enterrada. La aurora pierde la lucha contra los ruidos de la ciudad y la ciencia. En el verso dieciocho se expresa un profundo escepticismo ante las ciencias. Pero: no se niega la ciencia, sino la que carece de "raíces". La ciencia sin raíces es la que ha perdido su enlace con la naturaleza y ha destruido la armonía natural del hombre con el mundo. En Nueva York, Lorca observa un choque dramático entre naturaleza y artificiosidad.

Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes

como recién salidas de un naufragio de sangre.

(vv. 19-20)

El día comienza y la gente no está despierta. Vacilan como marionetas por sus barrios, soportando su triste destino. En este mundo no hay sueño ni sueños. La gente son marineros sin puerto, náufragos que siguen vivos pero es una vida sin sentido, sin objetivo. Analizando la morfología y la sintaxis del poema se puede constatar que predominan los sustantivos. Se utilizan muchas palabras relacionadas con la naturaleza: aurora, huracán, palomas, aguas, nardos, enjambre, fruto, etcétera. Pero estas palabras casi siempre se encuentran en un entorno de connotación de naturaleza pervertida, muchas veces en oposición con otras palabras que relativizan su naturaleza: palomas-negras, aguas-podridas, enjambresfuriosos, etcétera. Hay algunos sustantivos abstractos como angustia, esperanza, paraíso o amores, todos salvo el primero negados, ausentes en el mundo que dibuja Lorca.

La negación desinga la nulidad y falta de autenticidad de este mundo. Lorca se percata de esa nulidad y puede nombrarla por su nombre porque conoce la verdadera realidad operante, porque sabe de antiguo que es aurora y lo que es esperanza.

Los adjetivos son todos de sentido negativo: palabras como negro, podrido, inmensa, furioso, abandonado, deshojado e impúdico apoyan a describir un mundo desequilibrado.

Conclusión

La aurora como poema es mucho más que una expresión de los sentimientos del poeta durante su estancia en Nueva York. Es su crítica a la separación del hombre primitivo de la naturaleza, una advertencia a los lados oscuros del mundo industrial. La metrópoli norteamericana es el lugar donde el extrañamiento y el desequilibrio se pueden ver con mucha evidencia. Lorca utiliza sus observaciones para transformarlas en imágenes que expresan su vista personal de la ciudad y de la situación de la civilización en general. El resultado es una obra tan atemorizante como fascinante: Crea imágenes de gran fuerza que pasan por el ojo interior del lector.



                                       LUIS CERNUDA Donde habite el olvido


Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.
En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.
Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.
Luis Cernuda
Fue alumno de Pedro Salinas y profesor de varias universidades europeas y americanas. Reunió su obra poética bajo el título general de La realidad y el deseo, colección de libros a la que pertenecen: Perfil del aire, Égloga, elegía, oda, Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido, Un río, un amor, y Las nubes, ya en el exilio, Desolación de la quimera. Es también importante su labor como crítico literario y ensayista, con los dos volúmenes de Poesía y literatura, etcétera.
Su poesía rehúye el énfasis formal y busca lo indefinible, lo aéreo. Por eso repugna de estrofismo y de rima, y cuando utiliza alguna es la asonante, que es la que ofrece más libertad. Se centra en la experiencia humana, pero ahuyenta lo más específico y propio para que el lector pueda identificarse con el poeta. Canta el choque entre el deseo y la realidad, que deja al poeta solo el consuelo elegíaco del recuerdo o unos pocos instantes, que el llama acordes, de gozo intemporal.
LOCALIZACIÓN:
1932 - 1934, POEMA DE SU OBRA La Realidad y el Deseo
La Realidad y el Deseo es una autoantología completa, una "biografía poética", como ha sido descrita. Incluye desde sus primeros libros de poemas, escritos antes de la Guerra Civil (Un río, un amor; Los placeres prohibidos; Donde habite el olvido...), hasta los que escribió en el exilio itinerante en Gran Bretaña, Estados Unidos y México. La obra de Cernuda aquí recogida repite algunas claves similares a los de otros poetas de su Generación: inicios clasicistas y gongorinos; evolución hacia el surrealismo; acercamiento al compromiso social y político antes, durante y después de la Guerra Civil; y creación de una obra poética en el exilio de corte personal. En cualquier caso, Cernuda (como todos los poetas de su generación, por otra parte) consiguió construirse una voz propia, más (neo) romántica ("Donde habite el olvido", por ejemplo, refleja la influencia Becqueriana) y la influencia de los románticos europeos.
ESTRUCTURA:
El poema se sostiene en una estructura compleja donde predominan los versos de 7 y 14 sílabas, alternándose con otras medidas más largas y cortas, subrayando así esta inestabilidad del contenido. En los versos tetradecasílabos es posible la pausa medial (cesura), por lo que el heptasílabo sería la medida predominante. El ritmo se basa en recursos estilísticos de repetición.
TEMA:
El tema del poema está basado en un mal de amor y los sufrimientos que este conlleva, los cuales son tan grandes que llega a pensar en la muerte. El poema expresa el dolor por la infelicidad que le genera no poder realizar ese amor, no ser correspondido, mientras que el cuerpo lo encadena a deseos inalcanzables que mueren sin realizarse y cuya única esperanza es poder olvidarlos. El paisaje emocional al que se refiere el "YO" poético se presenta como un jardín recóndito, abandonado, sumido siempre en la oscuridad yazotado por el viento.
El término olvido no se refiere al verbo olvidar, sino mas bien un modo doloroso de vivir la renuncia, de asumir, que no es aceptar, la soledad.
FIGURAS RETÓRICAS:
ANÁFORA: En todos los versos que comienzan por "donde"
METÁFORA: En los vastos jardines sin aurora PR vida sin amor, PI vastos jardines sin aurora El viento escapa a sus insomnios, refriéndose a la salida para resolver los problemas, En brazos de los siglos, referido a tiempo en el que reflexiona sobre el olvido, entre otras.
METONIMIA: piedra sepultada entre ortigas, SIN VIDA
PARALELISMOS: Donde mi nombre deje. Donde yo sólo sea. Donde el deseo no exista. Donde habite el olvido...
REDUPLICACIÓN: Allá, allá lejos
ANTÍTESIS: el amor, ángel terrible gracia aérea, cielo y tierra.
QUIASMO: donde habite el olvido, donde el deseo no exista, ES DECIR DONDE SE REPITE LA MISMA ESTRUCRURA SINTÁCTICA
CONCLUSIÓN:
Para Cernuda, cuando el amor termina, ni siquiera queda el recuerdo de lo vivido, sino el recuerdo de un olvido, que produce la sensación de la muerte, no física, sino vital,
pasional, más cruel que la muerte misma, porque significa
desaparecer de la memoria del otro.
En 1932 tuvo una crisis de desolación que se refleja en este
poema y que obedece a una frustración semejante a la
romántica que expresa en este poema cuyo titulo aplicó a
todo un libro, en que late un estado anímico de total
desaliento y deseo de aniquilación.


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